Capitulo 3

-Betty!, ¿Dónde estas?

-En el bar de la esquina, ¿llego el juez?

- No lo se, quieren decir algo. Vengan

-Bueno, ahora vamos

-¿Como esta Ana?

-Un poco más tranquila- Habían logrado que este más tranquila mientras ella trataba de mentalizarse “que pase lo que tenga que pasar “.

Mientras Betty hablaba por teléfono John le mando un mensaje a Ana

“Ya se que estas ocupada, no quiero molestarte, solo necesito decirte que pase lo que pase siempre tendrás mi apoyo”

Ana sonrió. Su madre llamo al mozo y le pidió la cuenta.

Al salir estaba por comenzar a llover, se podía sentir el aire fresco y el “olor a lluvia” que a Ana tanto le gustaba, mientras caminaba los recuerdos de aquel día seguían llegando a su mente…

Luego de cambiarse, subió al auto con sus padres.

Casi congelada llegó al colegio, adentro la esperaban John con Elisa y Carla. John era un chico nuevo en ese entonces y se sentaba con Ana, desde el primer día, se habían simpatizado y lograron muy buena química, se divertían mucho juntos. Ana nunca pudo olvidar el primer día que se conocieron – ¿te molesta si me siento con vos?- le pregunto el mientras la miraba fijo con una sonrisa, que combinada con sus ojos azules conquistaron enseguida a Ana. Sus ojos hicieron que ella se pierda en su mirada, y su sonrisa provocaba que ella también sonría –para nada.- le dijo y esa fue la única conversación seria que tuvieron. En cambio no fue así con Carla y Elisa, tardaron más en tomar confianza y aun hoy hay cosas que ellas no saben.

Al entrar al colegio John la saludó con un fuerte abrazo - ¿Cómo están?- preguntó Ana mientras se abrazaba con John, luego de charlar un poco toco el timbre

Entraron a clases y Ana se sentó con John, como siempre, delante de ellos los acompañaban Carla y Elisa. Tenían clase de Matemática con el profesor “Frank Stevens“, un profesor de edad muy avanzada, exigente, antipático y calvo, al cual todos despreciaban.

-Bueno, ¿quien va pasar al frente a resolver ese problema?- nadie se ofreció- ¿nadie quiere pasar?... entonces yo voy a llamar a alguien- ese fue el momento donde todos los alumnos se encogían de hombros y trataban de esconderse.

<< Que no me llame, que no me llame, que no me llame >> se repetía así misma Ana. -A ver… Señorita Conrad, pase al frente por favor-. Ana lo miró a John quien se le reía y se levantó para ir al pizarrón.

-¿De que se ríe Williams?, ¿quiere contarnos así nos reímos todos?

-No, de nada, algo que me acorde

-¿o quiere pasar al frente?

-no no… disculpe- y agacho la vista mientras se reía.

Ana era muy vergonzosa, por lo cual estar ahí al frente no le hacia ninguna gracia.

Luego de hacer las cosas y volver a su banco miro seriamente a John, quien la estaba mirando con una sonrisa.

– Ja-ja- dijo Ana y John río

-Oí ponele un poquito de onda, ¿que te anda pasando hoy?

-Nada, hoy no tenia ganas de venir…

-¡Te hubieses quedado entonces!

-No podía, tengo que ir a comprar algo

-¿Me vas a comprar algo?-Le dijo John sonriente. Ana río

-No a vos después… es para mi mamá en unos días es en cumpleaños

-Ah… te iba a invitar a mi casa hoy, aparte tengo que hablar con vos…

-¿Sobre?

-Mm… acá no vamos a hablar- y se puso serio.

-¡No te pongas serio porque me preocupo!

-No… no es nada malo!

-¿Señores quieren que los separe?- interrumpió el profesor.

Todos se dieron vuelta a mirarlos, e hicieron silencio… mientras que ambos agacharon la vista.

-Bueno sigamos con la clase…- Ana y John se miraron. –No lo aguanto mas- susurró Ana…

Luego de caminar unas cuantas cuadras, Betty y Ana volvieron a la corte, su padre las vio entrar y abrazo fuertemente a Ana seguido de un beso en la frente –No te preocupes por nada, todo va estar bien- le dijo su padre, se abrazaron y luego mientras sus padres hablaban se sentó junto a su abogada Sara Collins -¿Que esta pasando? Hay algo que no me están diciendo - dijo Ana a la joven mujer – Lo que esta pasando es que el juez se esta tardando, ahora están por dar un comunicado, eso es todo Ana. No te preocupes que cualquier cosa que pase te vamos a informar, pero tenes que confiar- Ana asintió y confió en su abogada. No parecía estar mintiendo aparte se notaba que era una mujer seria, que siempre hablaba lo justo y necesario. También parecía ser muy elegante siempre se veía bien arreglada y por todo eso… Ana la admiraba…

GRAAAAAAAAAAACIAS por los comentarios y por seguirme!!, espero les este gustando! por mas complicada que sea jaja, si hay algo que no entienden me dicen, si? :) . Besotess!... Agus