RESUMEN CAP 7
-mañana voy al parque… con John.- de
pronto toda la atención se poso sobre ella.
-¿a que parque?- pregunto su padre
mientras llevaba un bocadillo a su boca
-al que fuimos la otra vez, el de
siempre-
Ana subió a su habitación y se
recostó sobre la cama, estaba muy cansada así que no le costo tanto dormirse…
-
“- No te vuelvas a escapar porque me
vas a conocer enojado de verdad- adentro del auto lo único que podía hacer era
forcejear mientras el hombre tenia el arma en la mano. Ana gritaba, gritaba
mucho. Hasta que se escucho un sonido y los siguientes segundos los mas
confusos y silenciosos de su vida”
-
Despertó de un salto, estaba sudando
y muy exaltada. Mientras que con una mano tocaba su frente comenzó a llorar
CAPITULO 8
John pasó entusiasmado por la
casa de Ana, con ansias de verla. La extrañaba y además necesitaba saber como estaba.
Tocó el timbre y rápidamente abrieron la puerta, como si alguien lo estuviese
esperando detrás de ella. Pensó que sería Ana, ya que ella sabía que el iría,
pero no. Betty abrió la puerta con una gran sonrisa que la caracterizaba
-¡Pasa!, ¡pasa!- se saludaron con un beso en la mejilla y el se dirigió hacia
el cuarto como le había indicado la madre de Ana.-hey- dijo John mientras
entraba en la habitación.
Ana se levanto de la cama y le dio un abrazo- Estas lista?-
pregunto él, Ana asintió sonrientemente. Bajaron rápidamente las escaleras
con el entusiasmo de dos niños a punto de abrir regalos. -Después nos vemos
ma-,- Ok, cualquier cosa llama-,-Adiós- saludo John a Betty quien se quedo mirándolo
mientras salía. << Que buen chico >> pensó.
Benjamin, el padre de Ana, se levantaba de su reciente siesta.
Confundido y aun medio dormido le pidió a su mujer que le prepare un café
mientras se sentaba en un lugar de la mesa circular
-¿Quien ha salido?
-Ana y John fueron al parque
Agacho la mirada con una expresión de inseguridad pero esta vez
se guardo las palabras. Mientras su mujer le traía hecho el café y él le correspondía
con un beso
Sara Collins se encontraba
sentada en el sillón del living de su departamento, observando los papeles y
analizando detenidamente el caso. Aun faltaban unos días para el juicio, pero
no se cansaba de leer sobre este caso, le interesaba y la atrapo desde el
instante en que Ana y su padre se presentaron en su estudio.
<< Esta joven con apariencia angelical, ¿Qué podría haber
hecho para necesitarme? >>, fue el primer pensamiento de Sara al
hacerlos pasar.
-Tomen asiento por favor.-. Luego de escuchar atentamente lo
ocurrido quedo atónita. Y no se pudo negar, acepto el caso sin dudar.
No era solo su interés por lo ocurrido sino una herida de su
pasado que de vez en cuando la atormentaba. Supo en ese instante que este caso
le ayudaría a cicatrizar esa herida.
El cenicero estaba lleno << debería dejar esto antes que
me mate>> pensó mientras apagaba su fino cigarro. Tomo una de las hojas
que sería la declaración que Ana debería dar y la releyó, no estaba convencida.
Los rayos del atardecer iluminaban las secas hojas de los casi
desnudos árboles, mientras caminaban por el parque podía escucharse las
carcajadas de ambos. Por un momento todo parecía ser como en los viejos tiempos,
nada importaba en ese momento. Se sentaron en unos de los viejos bancos de
madera, en silencio hablaban sus miradas. El tomo sus suaves y frías manos y se
quedo mirándola fijamente. Sentía la necesidad de hablar y contar todo lo que venía
callando, era este el momento que tanto estaba esperando. Pero no sabía, y ¿si
lo rechazaba que pasaría?. No importaba, ya nada importaba para él en esa tarde.
Abrió sus labios resecos -yo...-. Cuando quiso terminar la frase sonó su
celular. Desvió la mirada hacia un costado indignado. Saco su celular y su
madre lo estaban llamando... Pero qué raro, el aviso donde estaría. ¿Qué querría?