-Ana, ¿necesitas algo?- pregunto su madre
-no, solo saber que te dijo mi padre
-que el juez va demorarse un poco mas, por eso será mejor salir a tomar algo.
Fueron a un viejo bar en la esquina. A pesar de tener tantos años se mantenía en buen estado y seguía llamando la atención de la gente al igual que en sus primeros años.
Se sentaron en una mesa junto a la gran ventana de vidrio. Aunque Ana no tenia hambre su madre insistió así que decidió pedir un café con leche y medialunas, ella en cambio un café cortado con tostadas. Mientras su madre hacia el pedido Ana contemplaba detenidamente la ventana. Era un día nublado y muy frío, quizás por eso no se veía tanta gente caminando por la vereda. Siempre le gustaron los días así, pero en ese momento le trajeron recuerdos, recuerdos de ese día tan feo donde empezó todo
El reloj empezó a sonar eran las 7 Am tenia que levantarse para ir al colegio, tenia tanto sueño que lo único que quería era seguir durmiendo, se sentó en el borde de la cama y se quedo tildada observando el suelo. Algo le decía que vuelva a la cama, como un presentimiento pero recordó que en unos días era el cumpleaños de su madre y debía comprarle algo, así que bajó a la cocina
-Se ha levantado la bella durmiente- bromeaba su padre mientras desayunaba, Ana le sonrió y miro a su madre que preparaba unas tostadas con mermelada
-¿Por qué no me despertaste?
-Iba a dejar que sigas durmiendo, volve a la cama si queres
-No, no puedo- dijo Ana confundida
-¿Por qué? ¿tenes alguna cita hoy? Pregunto su madre y sonrió
-porque… tengo prueba- Aunque Ana no era buena mintiendo esta vez sus padres le creyeron. Le dijeron que no iban a poder irla a buscar porque ambos tenían trámites que hacer, no le dieron mas detalles. Aun así Ana dijo que iría lo cual era mejor porque así tendría mas tiempo para comprar, se sentó en la mesa y comenzó a desayunar.
Luego al vestirse su madre le advirtió que afuera estaba nublado y hacia mucho frío, probablemente toda la semana estaría así…
-¿Qué estas pensando? Interrumpió su madre, Ana quien se había perdido en sus recuerdos por unos segundos volteo a mirarla y le respondió
-Nada… ¿no te dijeron porque se tarda tanto el juez?
-No, solo que esperemos- no siguieron con la charla ya que el mozo trajo lo pedido- ¿necesitan algo más? Pregunto- No, gracias- dijo Betty la madre de Ana. El mozo miro a Ana y le sonrió –me retiro entonces, cualquier cosa me llaman- y se fue.
Con su mano izquierda Ana tomo el diario que había sobre la mesa mientras que con la derecha tomaba la taza y le daba sorbos al café
“Hoy se determinara que pasara en el juicio de Ana Conrad, el juez dictara la condena…”
Dejo de leer y tiro el diario sobre la mesa, su madre la observo sorprendida y tomo el diario, mientras lo leía sonó su celular…
